martes, 17 de junio de 2014

Just thinking



Hoy es un martes cualquiera, de esos que parecen domingo. La cabeza me da vueltas. Tengo mucho y poco en qué pensar. Ando en una nube.

No me gusta nadie, I’m in love with a cat, ¿no debería ser todo más fácil?

Pero tengo miedo.  Tengo mucho miedo. Miedo a no ser feliz, a no lograr mis sueños. Los años pasan y siento que me muevo muy despacio. Quiero lograr cosas. Quizás sea momento de que dentro de mi apretada agenda de estudiante de Arquitectura saque tiempo para hacer otras cosas que también me gustan.

Quiero ser una artista famosa. Amo la música. Sé algo de guitarra y me gusta componer. Sueño con escenarios. Tengo unas ganas fervientes de ser grande, exitosa, viajar por el mundo, es que Oh God, ¡cuánto lo disfruto! En especial las notas altas, sentir la adrenalina en cada presentación, los aplausos, las felicitaciones… ¡me encanta!  

 Y no solo eso. Quiero bailar, hacer deportes, lanzarme en paracaídas. Quiero viajar, conocer el mundo, ir a todos esos lugares que me fascinan y que solo en fotos he visto pero que cuánto anhelo pisar sus calles, hablar con su gente, comer su comida… Quiero leer más libros, mangas, ver doramas y series. Quiero dibujar y pintar cuadros como antes. Quiero ver animes, pelis… decorar mi cuarto, hacerme pulseritas, escribir…

Quizás preocupe que me urja, pero es que a veces siento que la vida se va mientras estudio Arquitectura. Siempre me quejo de que mi carrera es demasiado absorbente, porque lo es, no me deja tiempo para nada y a mí me gusta hacer muchas cosas. 

Sé que me falta mucho pero... ¡si por lo menos mi familia me apoyara! A veces hasta extraños que escuchan muestran más fe en mi. Mami sigue diciéndome que lo olvide, que esas son ideas locas, fantasías, que como pretendo vivir, que en este país no se puede,  que lo tome como hobby pero es que no puedo! No puedo hacerme eso a mi misma.

Duele mucho ver a otros triunfar en lo que quiero mientras permanezco en el mismo sitio. Todos los días en las redes, revistas, en la T.V., veo gente joven conquistando el mundo, dando pasos, subiendo peldaños,  y yo solo pienso, ¿por qué yo no? ¿Por qué ellos si pueden ser felices, dedicarse a lo que quieren, y yo tengo que conformarme?

Necesito intentarlo. Si fallo al menos sabré que hice la prueba. Es que tengo que hacerlo, no quiero pasarme la vida frustrada pensando en lo que pudo haber sido. No me lo perdonaría.